domingo, 28 de octubre de 2012

CALDERAS E INSTALACIONES DE BIOMASA


Calderas de biomasa

Las calderas de biomasa son equipos compactos diseñados específicamente para su uso, ya sea doméstico en viviendas unifamiliares, edificios de viviendas o comerciales, existiendo también modelos para instalaciones industriales y hoteleras. Todas ellas,  presentan sistemas automáticos de encendido y regulación, incluso de retirada de cenizas, que facilitan el manejo al usuario. Para aplicaciones de calefacción,   agua caliente sanitaria o climatización de piscinas, estos equipos son de potencia baja a media, hasta 150-200 kW llegándose a 1Mw en los modelos industriales. Este tipo de sistemas alcanzan rendimientos superiores al 90 % , valores similares a los de las calderas de gasóleo o de gas.

Un caso concreto, cada vez más extendido, son las calderas de pelets. Debido a las características de este combustible: poder calorífico, compactación, etc, las calderas diseñadas para pelets son muy eficientes y más compactas que el resto de calderas de biomasa.

Para la elección de una caldera de este tipo se debe tener en cuenta una serie de características:

·         Fiabilidad del sistema.
·         Rendimiento de la combustión de la caldera. Cuanto más alto sea éste, el consumo será menor y mejorará la eficiencia.
·         Bajas emisiones de CO (por debajo de 200 mg/m3) y bajas emisiones de polvo (por debajo de 150 mg/m3).
·         Cumplimiento de la normativa de emisiones de gases y partículas.
·         Sistema de regulación y control sencillo para el usuario.
·         Automatización del sistema de limpieza.
·         Fácil mantenimiento y operatividad
·         Garantía en el suministro de combustible.

 


Transporte y distribución de combustible
El mayor inconveniente de la biomasa, desde el punto de vista del consumidor, no supone ya ninguna incomodidad gracias a la implantación de nuevos sistemas. Hoy día, la forma de distribución de los combustibles de pequeña granulometría, como pelets, astillas, se lleva a cabo bien en sacos normalizados de 15 kg, big bags de 1.200 Kg descargado mediante camión-grua o bien mediante un camión cisterna que, de forma neumática, descarga el combustible en el silo o la tolva del usuario, limpiamente y sin ningún esfuerzo. En el caso del sistema neumático, el conductor del camión instala y desinstala el sistema de descarga en menos de 5 minutos.
Para evitar la sobrepresión en el interior de los silos textiles, y para evitar el escape de polvo durante la descarga, se dispone de un sistema de extracción de aire y su filtro de polvo accionado por un pequeño  motor eléctrico. El camión neumático lleva incorporado un sistema que proporciona un ticket al usuario con la cantidad en kg de biomasa que se han descargado en la instalación del usuario a modo de albarán, a la espera de recibir la factura de la empresa suministradora.

 

                                                                                              big-bags de 1.200 kg

Almacenamiento de la biomasa

La biomasa puede almacenarse de diferentes maneras, dependiendo de las instalaciones existentes o la disponibilidad de espacio. Así, la biomasa se puede almacenar en un depósito dentro del edificio, en un almacén separado del edificio o en una habitación cerrada cerca de la caldera. Pueden utilizarse silos, en superficie o subterráneos; habitaciones acondicionadas, transportando el combustible hasta la caldera mediante un tornillo sinfín; contenedores situados al lado del edificio, con rampas de descarga, transportando la biomasa con un vehículo de intercambio de carga, etc.

El sistema de almacenamiento tiene una influencia directa en el tipo de transporte y en los sistemas de suministro. Los silos sobre el terreno necesitan vehículos de suministro que puedan descargar lanzando el combustible sobre la pila. Los silos subterráneos se pueden llenar con cualquier tipo de vehículo volquete, o caja basculante.

Es muy importante la impermeabilización del almacén para evitar la entrada de agua  del subsuelo o de las paredes en los sótanos. El almacenamiento de las astillas debe  estar bien ventilado para permitir su secado y evitar la aparición de mohos.

 


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