miércoles, 21 de marzo de 2012

La Huella Ecológica

Existe una carencia en cuanto a indicadores integrados que realmente muestren el grado de sostenibilidad de una forma rápida, breve clara y significativa.
Se puede definir huella ecológica de una población como el total de espacios de tierra  y mar, ecológicamente productiva, necesarios para producir todos los recursos consumidos por esa población y para asimilar todos sus desechos. Normalmente se mide en hectáreas de superficie. Para calcular el consumo de recursos se utilizan 6 categorías de variables incluidas las hectáreas de bosque, océano u otros “sumideros” destinados a absorber el CO2 que produce la fabricación y obtención de toda clase de productos, materiales o servicios, incluida la destrucción o reciclaje de otros desechos.
Todos estos consumos transformados convenientemente a hectáreas se comparan con la capacidad de carga o terreno real equivalente del que se dispone para obtener el balance final.
En la actualidad sobrepasamos la capacidad de carga del Planeta un 30 %. Estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades, lo cual es posible porque consumimos recursos fósiles acumulados durante millones de años, los cuales no se pueden reponer a corto plazo.
Con los actuales modelos de crecimiento, la capacidad de carga disminuye en lugar de aumentar, ya que sufrimos una pérdida paulatina de terrenos forestales, un aumento de las superficies desérticas y un incremento de la contaminación. De modo parejo, la población crece de manera desproporcionada esperándose 10.000 millones de personas antes de 2050.
Tu huella ecológica: comenzando por uno mismo.
Reducir la huella ecológica no es tarea solamente de Empresas, Gobiernos o Comunidades. Todos tenemos nuestra responsabilidad. Puedes calcular tu huella ecológica de manera sencilla en el enlace http://www.miliarium.com/formularios/HuellaEcologicaA.asp
Si tu test no ha salido favorecido he aquí algunos consejos para empezar a disminuir la huella personal y con ella, la huella global:
·         Valora la necesidad real que tenemos de los productos que compramos. Recuerda la regla (reducir, reutilizar, reciclar).
·         Invierte en energías verdes. Utiliza electrodomésticos de bajo consumo y no dejes aparatos eléctricos encendidos inútilmente.
·         Abrígate más y utiliza menos calefacción. En tu nueva casa, decídete por los buenos aislantes, o aísla las que tienes con ventanas de calidad.
·         Reduce el consumo de agua y usa la ducha en lugar del baño. Pon difusores eficientes en la ducha y grifos.
·         Minimiza los residuos sólidos, compra al por mayor y ahorrará dinero. Evita el plástico y el corcho blanco. Busca productos ecológicos o con etiqueta ecológica. Rechaza las bolsas de plástico, utiliza tus propias bolsas y si son de cartón mejor.
·         Compra productos locales o próximos a su localidad, son preferibles a los importados, pues consumen menos combustible en su transporte y producen menos emisiones, a la vez que esta actitud favorece la economía regional.
·         Consume productos frescos antes de enlatados y aumenta la proporción de productos vegetales con respecto a los derivados de animales.
·         Trasládate caminando, siempre que sea posible. Utiliza la bicicleta o los transporte público mejor que el vehículo. Si usas el coche, compártelo siempre que puedas, sobre todo para ir al trabajo. Un vehículo mal mantenido consume más. Recuerda que el avión es lo que más impacto produce.
·         Emplea papel reciclado 100 % y libre de cloro. Consume el menor volumen de papel posible y utiliza siempre dos caras. Nunca tires los folios, sirven aún para escribir o para usarlos como borradores. Finalmente, arroja todo el papel reciclable a los contenedores de papel reciclable.
·         Se responsable con tus compras sobre todo con las maderas: nunca compres maderas exóticas o de procedencias dudosas.
·         Repara tus productos antes de comprarlos de nuevo. Alquila maquinaria en lugar de comprarla si es posible. No tires nada a la basura sin antes pensar si sirve para alguien
·         Evita comprar productos de usar y tirar, como papel de cocina, servilletas, pañuelos de papel, afeitadoras de plástico. Guarda los alimentos en fiambreras en vez de utilizar papel de aluminio o plástico.
·         Utiliza los contenedores selectivos, no arrojes a la basura los productos tóxicos y peligrosos. Si no reciclas el aceite de cocina, la mejor forma de deshacerse del mismo es meterlo en un bote antes de echarlo a la basura.
·         Y recuerda que el desarrollo sostenible no sólo es ambiental: preocúpate por la sociedad en la que vives. Colabora con organizaciones  No Gubernamentales. Deja la indiferencia a un lado y sé crítico con las injusticias.


Eduardo Izquierdo
Ingeniero Industrial
www.bioenergyfeel.com

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